“AUTOESTIMA Y APROVECHAMIENTO: UNA DICOTOMÍA DEL APRENDIZAJE POR COMPETENCIAS”.

Por Mtra. Carmen Leticia Méndez Dávila.

“EDUCAD AL NIÑO Y NO SERÁ NECESARIO CASTIGAR AL HOMBRE”

Pitágoras

A menudo, los docentes se  enfocan  en los conocimientos que los alumnos  adquieren,  además, añaden  interés en el  cómo  emplean esos conocimientos en la vida cotidiana, que a fin de cuentas,  es para  vivir  que se les enseña ,  se considera  al como un niño o una niña con un cúmulo grandioso  de conocimientos  y es necesario  que sepa cómo y dónde llevar a cabo las cosas que en la teoría y  el trabajo colaborativo ha  aprendido.

El enfoque radica actualmente en competencias,   es decir que,  habrá que educar para vivir  a  través de conocimientos, habilidades, actitudes y valores. (Agudín, Yolanda, 2005)  No es solamente una idea la que ha originado esta postura,   existe un sustento en la investigación, de  Jacques Delors (1997) en  La educación encierra un tesoro,  donde  se manifiestan los cuatro pilares de la educación:   Para que una persona aprenda a ser, a  ser humano, debe primero aprender a conocer ( conocimientos), además aprender a hacer ( habilidades) y aprender a vivir juntos  en una sociedad, en una familia ( actitudes y valores)  éstos  pilares se  complementa entre sí,  de nada servirán aislados pues  un ser humano carente de valores difícilmente podrá hacer buen uso de sus conocimientos y de poco servirá saber hacer las cosas sin un conocimiento previo, etc.

En este camino por modernizar la educación en estos tiempos de vertiginosas demandas  de cambio y actualización, se va dejando de lado el saber ser, el explorar dentro de las necesidades emocionales de las personas, de los niños y son ellos,  considerados población vulnerable,  que se  tornan un archivo que se limita a albergar  conocimientos  y habilidades ,e incluso aptitudes y valores, sin embargo  van por la vida sin saber qué son en sí mismos, incapaces de ver  el ser maravilloso  que habita dentro de su corazón,  se deja de un lado el amor propio, en esencia su autoestima.

Entendiendo por  autoestima ,  la valoración generalmente positiva de sí mismo, que se va construyendo  cimentada en el amor que recibe de su familia, la aceptación de sus amigos, la aprobación  y  su desarrollo en sociedad y  por supuesto su desempeño escolar, pues es ahí donde los niños pasan la mayor parte de su día  además de ser el lugar destinados  para  “aprender” a pesar de que los aprendizajes son adquiridos  en cualquier momento y en todo lugar.

Un niño que está consiente de lo que es en sí mismo,  podrá  llevar a cabo los procesos de metacognición (saber cómo aprender)  y a su vez,  le facilitará   aprender  nuevos conocimientos  que se le presenten o se le impartan.

Una persona a edad temprana, en condiciones propicias, generará mayores y mejores resultados  académicamente hablando y sobre todo  estará preparada para afrontar cualquier situación  que se le presente, aún en la adversidad;  sin la tendencia al perfeccionismo   ni el afán por mejorar, en cambio, sus avances se darán paulatinamente  pero de manera eficaz.

A pesar de que los límites  o normas se han puesto para mantener un orden, transgredirlos al parecer es un tópico  del ser humano, sin embargo, un menor al que se le han implementado reglas desde pequeño siente seguridad al mantenerse  apegado a ellas, así sucede con los factores que enriquecen el amor propio en el niño, crecer inmerso en un ambiente sano emocionalmente hablando: padres amorosos, pendientes de él, con alimentación y cuidados  según su edad y necesidades específicas, van colmando en él la autoconfianza , el autocuidado y sobre todo el amor y respeto por sí mismo, todo ello se ve reflejado en el aula, el alumno que se quiere sabe que puede lograr mucho con tan solo intentarlo,  destaca porque no teme expresar sus opiniones aún cuando difieren de las mayorías, al estar  cuidado y tener adultos la pendiente suyo,  habrá comunicación con el maestro  y como adultos se llevará a cabo un trabajo colaborativo donde el beneficiado sea principalmente  el alumno,  alimentando con eso,  la necesidad de ser  cuidado  y saberse importante para todos.

Es indudable entonces que haya un interrelación entre la autoestima y los aprendizajes efectivos de los estudiantes, las aulas deben ser un lugar de bienestar para los alumnos, el docente  corresponde  al compromiso  social de propiciar ambientes para que la cordialidad y  las competencias florezcan,  por lo tanto es imperativo el compromiso de  padres de familia y docentes involucrados en la formación de   la nueva generación que está germinando en las instituciones educativas  de nuestra sociedad.